martes, 6 de mayo de 2014

Artículo

La Radio y su Magnificencia Temporo-espacial

Maximizando horizontes: La radio local y sus dimensiones globalizadas.


Un indio va cruzando, en su bote, el río. Va tranquilo, sin preocuparse por el último modelo de celular o la ropa de moda, solo efectuará la acción de pescar. A su lado está su hijo, quien dentro de unos años imitará su labor diaria para dar sustento a su hogar, y así, genealógica y cronológicamente. Siglos atrás ese era el modelo común en estas comunidades, sus necesidades estaban limitadas a sus carencias, mínimas o mayoritarias, que los pusieran en conflicto económico (no cazaron los suficiente para intercambiarlo por otras especias), político (se murió el jefe de un clan y esperan que el otro miembro adulto que cumpla con las características de su líder caído sea el sucesor inmediato) o social (un robo dentro del pueblo era motivo de admiración e indignación general). Las cosas eran igual que las actuales pero más significativas y menos materiales. En vez de traer avance, los años han traído retraso mental en algunos y en otros ignorancia voluntaria.

Imaginemos a un agricultor sentado en su chacra, observando el horizonte, respirando tranquilo, sin preocuparse por vanidades del mundo moderno. Antes solo bastaba con tenerse los unos a los otros para ser felices. Este señor fácilmente podía imitar cantos de aves o prender una radio para escuchar sus “huainos” para distraerse un momento. No tenía que pensar en que el impuesto por sembrío incrementaría un porcentaje más este año o que el Estado estaba pensando en aprobar un proyecto de ley donde sus hectáreas se verían perjudicadas. La mundialización mutila el pensamiento único de cada sector y trata de unificarlos. ¿Ventaja o desventaja?

El hecho es que las sociedades cambian, evolucionan, se modifican, varían significativamente, y esto implica que también nos incluyamos en esa cultura dinámica y vayamos al compás de su ritmo alternante. Es decir, ya no solo ver comunidades nativas, sino comunidades nativas con necesidades del siglo XXI, lo que supone un estudio cuali y cuantitativo de sus elementos y contextos.

Luego, podemos observar que la radio ya no solo tiene el papel de facilitadora de información y de dar espacios de diálogo y\o participación. Actualmente es preponderante de ella el criterio social, comprometida al cambio y en aras de la mejora de los que menos tienen espacio y opinión en los medios.

Sabemos que su alcance masivo y, con el tiempo, individualizado, ha generado diversas revoluciones en su periodo de vigencia y es por ello que se replantea su visión y misión. Ya entraría a un proceso de estudio de sociedades, evaluando su realidad y satisfaciendo, si es posible, su demanda de alcance social. Mentamos a la concentración de propiedad de los medios, la introducción de nuevas tecnologías, y, sobre todo, a la GLOBALIZACIÓN pues plantea nuevos desafíos en la radio local. ¿Será posible que un formato radial de difusión territorial limitada pueda tener horizontes culturales globales? ¿Acaso al hacer radio podemos amplificar las miras de las pequeñas comunidades que aun se preocupan por lo que comerán ese día o si a la mañana siguiente la madre naturaleza estará de su parte para mejorar la productividad de sus cultivos? ¿Podemos trabajar algo local con enfoque global pero sin dejar de hacer hincapié en el carácter oriundo del problema y\o situación?

Es extraordinario ver la magnitud alcanzada, hasta nuestros días, por la radio. La vertiente de radio popular, ha excavado muy hondo en el ámbito de desarrollo sostenido y desea acceder a otros de interés general. Este formato radial nació en los setentas con la intención de un cambio social urgente para las mayorías marginadas y olvidadas, que han atravesado por fuertes injusticias y desigualdades; por un cambio político en base a un proyecto comunicativo.



Su origen está respaldado por dos vertientes: la católica, que surge de la radio educativa; y la sindical, que empieza con las emisoras mineras en ciertos pueblos. La combinación de ambas se convierte en una respuesta a la lucha por la paz y la justicia en América Latina, exhortando a los oyentes a clamar sus derechos y motivar el desarrollo de sus pueblos en acción conjunta, ya que ve en la comunicación un camino para la liberación.

La gratificación de este estilo radial es la constante identificación con los más pobres mediante la rotunda oposición a los grandes poderes (públicos o privados) que agravian a estas personas y minimizan sus oportunidades de avance cultural. En este nuevo milenio el concepto más usado y priorizado es la “GLOBALIZACIÓNy sus efectos en el planeta. Hablar de él es hablar de renovación; va de la mano con la era digital, donde la tecnología se convierte en primera opción y capta la atención de los gobiernos, trayendo como efecto secundario el descuido a las relaciones humanas y minimiza la humanización

Esta modificación del ambiente político que acompaña a estas radios se da porque la cultura varía, ahora todos los escenarios van orientados a la democracia, organización social que atribuye el poder a la sociedad, y se ha extendido a lo largo y ancho del territorio, claro está, en un porcentaje mayoritario, salvo excepciones que solo mencionan el concepto pero no lo practican. Junto a la democracia está la creciente creación de movimientos sindicales y campesinos, que defienden los derechos de sus integrantes y buscan la igualdad. La sociedad civil integra aspectos locales discutidos y atendidos globalmente, dando soluciones de acorde a su realidad en la localidad.

El meollo del asunto es si la tecnología aporta o no al crecimiento de las comunicaciones mundiales, sin olvidarse de la parte humana perenne en cada región, país, continente. En este contexto la radio entra en un cuestionamiento constante entre ser parte de algo mayor o mantenerse en sus raíces. Si bien, con la mejora tecnológica también se ha elevado el poder de la INFORMACIÓN en los medios de alcance masivo, deja de lado el interés de un pueblo para alienarse al gusto extranjero.

Visualicemos un pasado y un presente, y hagamos un paralelo donde los aportes y desventajas sean clave en el proceso comunicativo o radiofónico. Ahora, lo difícil sería dar un idea exacta de que fomentar y que inhibir, ¿Podemos hablar de radio local sin la necesidad de globalizar sus temas? Los pueblos latinoamericanos no pueden permanecer más tiempo callados, necesitan expresarse, contar al mundo su verdad,mostrar al resto que, al igual que ellos, tienen voz y no quieren esperar más tiempo para manifestarse.

Y el acceso a las nuevas tecnologías abre una puerta durante años bloqueada, llamada incultura, no difusión, falta de conocimiento. La oportunidad perfecta para explayarnos y fomentar la intercomunicación entre localidades, comunidades, entre el mundo entero.

La radio popular se establece, entonces, como la explanada de contenidos que todos quieren escuchar. Ya no solo lucha por su pueblo vejado, sino que aumenta las oportunidades de sus paisanos, haciéndolos parte del globo terráqueo globalizado, aportando y creando una red de ayuda e identificación ciudadana, donde la participación y el desempeño social son la propuesta para enfrentar estos tiempos que, mejores o peores, no podemos ignorarlos pues ya nos alcanzaron y, quizá, atraparon en sus ideas (a veces hasta inconscientemente).







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