Es común observar personas no
oriundas, no propias de nuestra ciudad se entremezclen con nosotros, día a día,
todos los días, es algo que no podemos evitar, personas en constante movimiento,
con aptitudes, con metas, con sueños, con expectativas, que van en búsqueda de
trabajo, para solventar a sus familias, que traen consigo a las mismas, que
alquilan habitaciones incómodas pero baratas para poder estar en esa ciudad,
que suelen ir al campo, por la “faena”, en la jornada diaria, trasplanto en
zonas costeras, trabajos de obreros, ir a hacer lo que otros no quieren hacer y
por un menos precio.
Y, muy aparte de ello, es usual observar
que en esos grandes grupos de migrantes llegan niños, muchos niños vestidos con
ropas coloridas, con sus mejillas rosadas, con sus cabellos enmarañados, con su
vestimenta típica que no se adapta al sol de la costa, y llegan también a
trabajar, a acompañar a sus padres y ayudarlos con la mano de obra, para
conseguir más soles para la comida, para poder escapar de la pobreza, dejan de
ser niños y se convierten en un sostén más para el seno familiar, privándose de
su etapa y forzándolos a madurar, a ser adultos, restándoles niñez; y agregándose
que, podrían terminar siendo abusados, explotados, no saben cuál es su destino
pues no son protegidos por nadie, no saben que pueden ser escuchados, que
merecer ser escuchados.
En el país aproximadamente 11
millones de peruanos se encuentran en situación de pobreza y 4 millones en
pobreza extrema, según las actuales estadísticas. No obstante ello, la pobreza,
tanto total y extrema, se ha reducido en 9,3 y 3,4 puntos porcentuales
respectivamente desde el 2004. Según regiones, la migración interna se dirigió
inicialmente de la sierra hacia la costa, con el despoblamiento de la primera y
el hacinamiento de la segunda.
En el marco de región, en
Lambayeque se vislumbra que el proceso de priorización de problemas de salud no
es nuevo, y más en el sector sierra, las postas, aunque se han incrementado,
siguen sin llegar para todas las comunidades; sin embargo, ha sido necesario impregnarle
mayor racionalidad así como sus factores determinantes y condicionantes para
que la población de Incahuasi migre a la costa de la Provincia de Ferreñafe,
sea por empleo, por salud, por mejorar la calidad de vida, etc. Otro sector que
involucra esta migración es la educación, muchas personas mandan a sus hijos a
la costa pues en su lugar no existen colegios y los hay pues están en
situaciones precarias, y no son aprovechados por ellos, además que la calidad
educativa suele vacilar y la valla educacional es menor.
Aunque el acto migratorio es
finalmente una decisión individual, no siempre se manifiesta como un acto
completamente voluntario, en la medida que la escasez de oportunidades en los
lugares de origen actúa como fuerza expulsora, como fuerza migratoria y
presiona en la voluntad de las personas hacia la decisión de emigrar, obligándolos
a explorar destinos que actúan como focos de atracción porque ofrecen mayores
oportunidades o simplemente se presentan como las únicas alternativas posibles
ante un panorama pobre. Así, si bien todos los miembros de una población están
formalmente expuestos a migrar, su capacidad de realizar este desplazamiento
bajo condiciones adecuadas de información y elección es muy desigual,
mayormente ligada a lo que el padre desea hacer o no, moviéndose en conjunto
con la familia.
Se deben proteger sus derechos,
sus intereses, pues las leyes los apoyan, se debe legitimzar su importancia, así
como el respeto a su género, edad, salud, lugar de nacimiento, religión,
cultura, entre otros. Para muchos de estos niños,
el movimiento, el translado, la migración es la única opción restante para
asegurar su estabilidad familiar. Darles oportunidades para mejoren su vida,
incrementen su bienestar y perspectivas de desarrollo, sin la discriminación y
el acceso a servicios como la educación, la salud, la justicia. La sociedad
es la que brinda el respaldo y el cobijo a estos niños, ya que la protección se
enmarca en este contexto.
El proceso de migración interna
presenta diversas consecuencias, tanto en las localidades de origen como las
localidades de destino, osea en Incahuasi como en Ferreñafe, esto es que, por
ejemplo, en el aspecto demográfico, la población incrementa en la costa y
disminuye en la sierra, es una variación con repercusiones económicas y
sociales. Asimismo, debido a la selectividad migratoria, este proceso afecta
también diversas características de la población, en particular la estructura
de la población según sexo y edad, así como su nivel educativo, tanto en las
localidades de origen como de destino, trayendo consigo un teme frecuente,
relacionado con la discriminación por la génesis de los migrantes, haciéndoles
parecer de menos importancia y tachándoles oportunidades en relación con los
propios de ese lugar.
Las acciones que debemos tomar
estarían respaldas por todas las áreas del desarrollo, sean culturales,
económicas políticas, sociales, demográficas, pues están conectadas
estrechamente y se retroalimentan para conseguir los resultados esperados en
las poblaciones. Lo que conlleva al hecho de que, en las poblaciones dónde se
muestra este confinamiento de personas, se vea una discriminación con ellos, en
cuanto a pagos, tratos, en general, pues se considera que no están en las
mismas condiciones que los habitantes de esa ciudad.
La búsqueda de un mejor futuro de
constituye la herramienta clase y el impulso mayormente aceptado como comienzo
de la migración, el pensar que mejores oportunidades se presentan en zonas
alejadas de la sierra y más cercas al centro impiden que estas personas
obtengan a confianza que necesitan en ellos mismos y fortalezcan sus
habilidades, siendo secundado a trabajos forzosos y mal remunerados, malos
tratos, violencia en algunos casos, burocracias, en fin, trayendo como
consecuencia común a todas las zonas en vías de desarrollo la constante pérdida
de capital humano, es decir de la población altamente calificada, amenazando la
consolidación de una masa crítica de conocimiento, lo que delimita las
posibilidades de las naciones de origen para contar con estos profesionales
necesarios para aumentar la competitividad. En cambio el país de acogida
recibe grandes contingentes de capital humano sin que su formación le haya
significado ningún costo. O sino la pérdida de poblaciones en edad productiva,
la trata de personas, el tráfico de migrantes y la movilidad constante, una
serie de alarmantes males a los que se ven expuestos estas poblaciones
migrantes, y con mayor enfoque en los niños pertenecientes a las mismas.
En conclusión, las constantes
movilizaciones de las personas nos llevan a pensar que el mundo está en
constante cambio, que el desarrollo se involucra en cada una de las partes que
conforman ello, entonces es correcto aseverar que las masas migratorias forman
parte importante en la maquetación de un prospecto de progreso social, por
ello, esta población debe ser protegida ante las injusticias, y encaminada para
el avance propio que se proyecta en su entorno inmediato. Los niños son los que
más protección requieren, mayor resguardo, pues ellos serían las piezas claves
para mejorar la situación actual de las sociedades, brindándoles educación y motivándoles,
haciéndoles saber lo importantes que son, que no son menos que los costeños,
que requieren los mismos cuidados y sus derechos son igual de respetables. Darles
herramientas de acción, de cambio, de proyección.
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